REBECO/Robezu/Robecu (Rupicapra pyrenaica parva) EN ASTURIAS.
(Foto realizada el 28 de febrero de 2012 desde el Mirador del Rey de Pome, por el escribiente)
El rebeco es el animal más emblemático del Parque Nacional de los Picos de Europa, es el único mamífero salvaje, que se deja ver con frecuencia. Hoy su caza está prohibida.
ÍNDICE
1.- Generalidades sobre el rebeco
2.- Repoblación de rebeco en Asturias Central
3.- La sarna ataca al rebeco
4.- Noticias
La imparable recuperación de los rebecos en los Picos de Europa, con unos 5.500 ejemplares ; La sarna del rebeco detiene en 2017, su avance en los Picos de Europa por primera vez, desde el año 2000.;El rebeco ya comienza a ser uno más en la sierra del Aramo.; La caza de rebecos en el Aramo se iniciará en 2013 tras el éxito de la reintroducción.
1.- Generalidades sobre el rebeco
El rebeco de la cordillera
Cantábrica -Rupricapra pyrenaica parva- es la subespecie que
presenta la menor talla entre todos los rebecos del mundo. Desde
siempre ha sido el trofeo cinegético más
apreciado por los cazadores que acudían a los Picos. Hoy su caza
está prohibida.
Mamífero artiodáctilo rumiante, de la familia de los bóvidos.
Su hábitat preferido se encuentra en el piso orotemplado
(subalpino) y criorotemplado (alpino) donde se mueve con gran agilidad,
encarándose a lugares con gran verticalidad.
Ha
estado presente en toda la cornisa cantábrica durante miles de
años, ya que aparece representado en el Cuaternario, en cuevas
como la de Tito Bustillo o Balmori.
Durante la Guerra Civil, quedó muy disminuído, superviviendo unas
pocas decenas, hoy su población ronda los 5.000 ejemplares, pese a la
amenaza de la sarna sarcóptica, que afecta a grandes territorios y a
grandes grupos de animales.
Su presencia ha ido decayendo en muchas zonas, llegando a
desaparecer en ellas, como en la Sierra del Aramo, que posteriormente se repobló, con gran éxito (apartado 2).
El
rebeco es una especie sin detractores y con buena reputación,
pues apenas afecta a la agricultura y a la ganadería,
es una especie representativa de los ecosistemas de alta
montaña.
Es la especie más característica del Parque Nacional de los Picos de Europa, que se mueve con incre´ble facilidad por clos jous
y riscos calcáreos
circula con gran agilidad, siendo un
espectáculo ver sus carreras, saltos y emocionantes trepadas por
colgados neveros, desplomadas paredes y voladas cornisas.
En el 2011
se ha repoblado de rebecos la Sierra del Aramo en donde antaño
tenían cobijo. En 2015 se han contabilizado en éste Paisaje Protegido, mas de un centenar de rebecos.
El rebeco en invierno (FIDMA, 2018).
La población de rebecos en el parque se ha mantenido
por encima de los 5.000 ejemplares desde hace decenios.
Su densidad en
el área protegida se sitúa en torno a los 8 o 10 rebecos por kilómetro
cuadrado, aunque para este cálculo sólo se tienen en cuenta las 45.000
hectáreas -de las 66.000 que suma el parque- en las que se distribuye
el rebeco, tal como explicaba hace unos años el biólogo del espacio
protegido Borja Palacios, en su trabajo «El rebeco en el parque
nacional de los Picos de Europa».
Tiene el aspecto de cabra, no sobrepasan los 35 Kg. y no
supera los 75 cm. de altura; la longitud puede llegar
a 120 cm.
Muda de pelaje dos veces al año, en
mayo su pelo es corto y se tiñe de rojizo leonado
que dura hasta los primeros fríos de otoño, para convertirse en espesa capa de
pelos y lana de color oscuro que les protege del frio en invierno.
Las patas
posteriores más crecidas que las anteriores, que facilita sus
saltos por los
riscos. Sus pezuñas están adaptadas a la carrera y
al salto por terrenos abruptos y rocosos y se adhieren a la piedra
incluso si está helada.
Rebeco por Picos de Europa
Se ha adaptado a la vida de alta montaña, teniendo la
facultad de poder disminuir sus pulsaciones de 90 a 40 por minuto,
viven en manadas
y con un silbido prolongado y sordo, advierten al resto del peligro,
tiene
cabeza pequeña, cuello robusto y corto, presenta dos cuernos que
llegan a los
20 cm.
De longitud curvados a modo de gancho hacia atrás y con
anillos en
relieve que nos indican su edad, que raramente sobrepasan los 20
años.
Por
detrás de las cuernas, tienen dos glándulas que segregan
olores desagradables y
les permite reconocer el sexo.
Ojos negros o azulados, bajo una careta
negra
que va desde el hocico hasta la parte inferior de las orejas.
También
habita en la alta montaña de Aller,
Caso, Ponga, Piloña y Sobrescobio.
Los cuernos son cortos (menores de 25
cm.), lisos y derechos, el pelo es castaño rojizo en verano y
pardo negruzco en invierno.
El macho es más musculoso, algo mayor, crin más larga, pelaje más
oscuro, cuernas mas gruesas, gancho más cerrado y cuernas más juntas en la
base, los
machos solitarios, se convierten en gregarios y después de haber alejado a los
más débiles, comienza la lucha violenta entre ellos para reunir y cubrir a las
hembras.
La hembra dirige al rebaño y al
menor incidente emite un silbido característico que pone en
pié
de carrera al resto del rebaño, el celo se desarrolla en
noviembre-diciembre, luchando los machos entre sí. En los meses
de mayo-junio nacen 1 ó 2 crías.
Los chivos nacen en
terrenos muy abruptos de difícil acceso, desde finales de abril hasta finales
de mayo, siendo raro que el parto sea doble.
A los pocos momentos de nacer, ya
pueden seguir a la madre, durando la lactancia unos tres meses.
Es desconfiado y muy dificultoso aproximarse a ellos, siendo una de las
piezas de caza mayor, más codiciadas.
La caza al rececho se
autoriza desde el 2º domingo de septiembre hasta el primero de
noviembre.
A finales del XX hubo epidemia de sarna sarcóptica
que diezmó la población de las Cuencas. En el 2005
se constató su recuperación y se autorizaron 46 recechos
de
rebeco.
El rebeco con su cría. RTVE 2 . The Best of Worlds
Durante la guerra civil, las posiciones defensivas en los altos de
las montañas mermaron su población alarmantemente, llegando a quedar tan sólo
unos centenares de ejemplares en la década de los treinta del pasado siglo. Sin
embargo, una mayor protección y concienciación consiguió que la población se
recuperase.
Se pretende conseguir una población autosostenida para el aprovechamiento cinegético
mediante recechos.
En marzo del 2008, se ha
iniciado la repoblación de rebecos en las sierras de Caranga,
Sobia, Tene y el Aramo. En éstas zonas con abundantes calizas con pendientes superiores en
muchos casos a los 45º, con bosques de hayedos, avellanos,
acebedas y pastos que garantizan sustento y cobijo a éstos
preciosos animales, símbolo de los
Picos de Europa.
Los rebecos del Aramo fueron
extinguidos en el siglo XIX por el hombre, debido a la hambruna
que padeció por aquella época. Ahora se han capturado rebecos
en la zona de Somiedo para repoblar la
Sierra del Aramo y se pretende llegar al medio
centenar en el próximo año.
En el año 2012, el Gobierno de Castilla y León
decidió mantener la actividad cinegética en el parque, al
menos, hasta 2017.
2.- Repoblación de rebeco en Asturias Central
El rebeco cantábrico se extinguió en la Sierra del Aramo a principios del pasado siglo XIX y el proyecto de reintroducción comenzó en 2004 con la elaboración de un estudio de viabilidad. Con respaldo del Principado, el colectivo de cazadores puso en marcha en el periodo 2007-2009 las primeras capturas de rebeco mediante redes en el parque de Somiedo (donde hay censados más de 2.000 ejemplares) y su suelta en el Aramo.La segunda fase del plan, presupuestada en 140.000 euros (el 80% aportado por el plan Leader de la Montaña Central y el resto por empresas como Repsol y Gas Natural Fenosa) acaba de concluir e incluyó nuevos traslados de rebecos desde Somiedo y la redacción de un plan de aprovechamiento turístico del nuevo recurso.
«En total se soltaron en el Aramo 75 ejemplares procedentes de Somiedo y en 2008 se observaron en la zona de suelta un total de seis crías, en 2009 fueron 11, en 2010 ascendieron a 13, en 2011 a 31 y en 2012 a 39 crías. Hay unos 140 rebecos en el Aramo, por lo que el proyecto sigue los planteamientos previstos en los objetivos iniciales»,
señaló el biólogo Pablo González-Quirós, de la empresa Biogestión, que se encargó del asesoramiento técnico del proyecto.
La Montaña Central quiere ser pionera en el turismo cinegético. «Tras la reintroducción del rebeco en el Aramo ahora empieza un nuevo camino, el desarrollo de la caza como reclamo turístico, y para ello tenemos que buscar y consensuar fórmulas de gestión que lo hagan posible» y aprovechar la capacidad hotelera de la Montaña Central (1.916 plazas de alojamiento), la situación geográfica del Aramo (en el centro de Asturias y cerca del aeropuerto).
creación de productos turísticos cinegéticos como el producto rececho (que incluiría el permiso de rececho de rebeco, el guarda-guía, el alojamiento en media pensión, una comida campestre y un servicio de recogida en el alojamiento), el producto batida, el producto caza fotográfica o el producto observación de la fauna., etc
El rebeco en el 2011 se asienta en la Sierra del Aramo y
en dos años habrá un centenar
Los miles de montañeros que se citan cotidianamente con los montes de Aramo
comparten desde hace algo más de dos años dominio con una especie que no
habitaba este macizo desde finales del siglo XIX.
El plan de recuperación del
rebeco que está abordando la asociación de cazadores de Morcín, con el respaldo
del Consorcio de la Montaña Central, está superando todas las expectativas y, en
este momento, se estima que ya hay más de medio centenar de ejemplares en esta
zona montañosa del centro de la Cordillera.
Los responsables de esta iniciativa
trabajan con ilusión y prevén que, en un plazo de aproximadamente dos años, la
nueva comunidad alcance el centenar. Será entonces cuando se permita comenzar a
cazar estos animales, que hasta entonces estarán protegidos y su presencia en el
Aramo se limitará a ser un atractivo a nivel turístico.
Los rebecos que ya han
colonizado el Aramo han sido traídos desde los montes del parque natural de
Somiedo. Desde que se iniciase el primer plan de repoblación en 2007, se han
soltado ya 51 animales, constatando los técnicos un gran éxito, ya que la
población ha crecido y se ha establecido.
En la segunda fase , que ya está en
marcha, está previsto liberar otros 31 ejemplares, y habrá una tercera con el
objetivo de alcanzar el centenar de rebecos.
«Alcanzar esa cifra es un objetivo
que se puede lograr en dos años, según reconocen los propios cazadores», señaló
el alcalde de Morcín, Jesús Álvarez Barbao, responsable también del grupo de
desarrollo local de la Montaña Central.
Un estudio de la Consejería destaca que
estas zonas reúnen condiciones óptimas para albergar una gran población de
rebeco, no en vano son 118 hectáreas las que tienen a su disposición.
Las grandes pendientes, superiores al 40
por ciento en esas zonas de caliza, la vegetación y las zonas de hayedos,
avellanos y acebos cercanas, proporcionan sustento y cobijo a estos animales
durante el invierno. Esas áreas podrían soportar hasta doce animales por
kilómetro cuadrado, según los expertos.
El plan de repoblación que se está
llevando a cabo en el Aramo también conlleva hacer un estrecho seguimiento a los
rebecos. Todos los ejemplares que se han soltado tienen distintivos de colores
que permiten su identificación desde largas distancias. Además, a uno de cada
cuatro animales se les implanta un microchip con GPS para facilitar el
seguimiento. «De esta forma podemos conocer los hábitos de conducta de los
grupos», señalaron los técnicos encargados del programa.
El regreso de los
rebecos a la sierra del Aramo está sorteando con agilidad todos los obstáculos
que en un principio se podrían haber previsto. Esta iniciativa amenazó en un
primer momento con remover unas aguas propensas a convertirse en un cenagal,
campo abonado para los enfrentamientos ganaderos.
Sin embargo, el alcalde de
Morcín señaló a este diario que la medida, en términos generales, ha tenido una
inmejorable acogida: «Pese a que había cierta preocupación con la convivencia
con el ganado, todo el mundo parece estar satisfecho, sin quejas».
A la espera
de que se produzcan nuevas sueltas, la comunidad de rebecos en el Aramo ya ha
empezado también a crecer sin ayudas externas. Hace más de un año que se detectó
la presencia de crías en la sierra de Caranga.
El Principado repobló con 60 rebecos las sierras de Quirós, Teverga y Proaza en noviembre del 2007.
Las sierras de
Caranga, Sobia, Tene o el Aramo cuya población desapareció en el
siglo XIX . Estas zonas reúnen condiciones óptimas para albergar una
gran población de rebeco,
hasta doce animales por kilómetro cuadrado.; no en vano son 118 hectáreas.
Las
grandes pendientes superiores al 40 por ciento en esas zonas de
caliza, la vegetación y las zonas de hayedos, avellanos y
acebedas cercanas proporcionarían el sustento y el cobijo a
estos animales durante el invierno. Su recuperación aumenta la biodiversidad en el
área central de la región. A largo plazo, además, permitiría
también el aprovechamiento cinegético.
Los rebecos han sido trasladados desde Somiedo, donde la
población sobrepasa ya los tres mil ejemplares.
3.- La sarna ataca al rebeco
La sarna
sarcóptica del rebeco, causada por el ácaro 'sarcoptes scabiei', es
la enfermedad más grave que afecta actualmente a la especie en la
cordillera Cantábrica
La sarna del rebeco detiene en 2017, su avance en los Picos de Europa
por primera vez, desde el año 2000. Sigue afectando al 75 % del
espacio protegido, solo el extremo oriental permanece libre de ésta
enfermedad.
La
guardería ha localizado en los últimos 18
años más de 400 ejemplares con lesiones compatibles con
la sarna.
2013 fue el peor año de esta enfermedad,
la guardería recogió el 28 de marzo, 90 ejemplares
muertos en las Vegas de Sotres.
En enero de 2014 ha afectado a numerosos
ejemplares en la parte alta del concejo de Aller (zona de las Foces
del río Pino y del Río Aller), los rebecos se queda ciegos, sordos, se
les genera una costra en la piel y heridas.
Andan deambulando por los
montes hasta que mueren, pero lo extraño es que ahora se están
acercando mucho a las zonas pobladas, comenta un hostelero
de Felechosa en enero 2014.
El rebeco por los Picos de Europa.
Un brote de sarna, en 2013, provoca la muerte de cientos de rebecos
en los Picos de Europa.
Los cadáveres se pudren a la vista de turistas y pastores, y
estos últimos piden a Parques que retire los restos para evitar
que se infecten sus reses.
La zona cabraliega del Parque Nacional de los Picos de Europa
se ha convertido en las últimas semanas en un lugar
tétrico. En los alrededores de las vegas de Sotres decenas de
rebecos muertos, la mayoría de ellos decapitados, se pudren a la
vista de turistas y pastores, víctimas de un brote de sarna.
Algunos de los cadáveres yacen junto a la orilla del río Duje.
Las escenas llaman la atención para mal de los turistas que
recorren a diario las diferentes rutas de montaña que discurren
por la zona. Los visitantes preguntan asombrados a los pastores por el
motivo de tan desalentadora estampa, tras toparse a cada paso con
multitud de huesos y cadáveres.
Los rebecos bajan desde las
zonas altas de la montaña para morir a la altura de los pastos,
senderos o pistas por donde transitan rebaños, pastores y
visitantes.
La causa de la muerte de centenares de estos animales es,
según los ganaderos, un brote de sarna que desde el pasado
invierno ha segado la vida de multitud de rebecos (16 mayo 2013)..
La sarna del rebeco afecta ya al 62 por ciento de la superficie del parque nacional,
en 2010.
La sarna sarcóptica afecta ya a 40.029 hectáreas en el parque nacional de los Picos de Europa,
lo que supone el 62 por ciento de la superficie total del espacio
protegido, la superficie afectada por la sarna sarcóptica, con
especial incidencia en la población de rebeco, se ha
incrementado notablemente desde diciembre de 2010.
Anteriormente, entre
el segundo trimestre de 2007 y finales de 2010, apenas se habían
registrado variaciones: la superficie afectada por esta enfermedad se
situaba en torno al 55 por ciento.
Durante el año 2011, los empleados del parque nacional
localizaron en el interior del espacio protegido nueve rebecos
afectados por la sarna sarcóptica, cuatro de ellos muertos.
Esto
significa que desde la aparición de la enfermedad en los Picos
de Europa, en el año 2000 se han localizado en el parque
nacional 306 rebecos afectados por esta variedad de la sarna, de los
cuales 52 estaban muertos.
Los municipios donde han sido localizados ejemplares enfermos
desde que hace doce años apareció el proceso parasitario
en la zona protegida son: Oseja de Sajambre y Posada de Valdeón,
en León; Amieva, Cangas de Onís, Onís y Cabrales,
en Asturias, y Camaleño, en Cantabria.
Así las cosas, en
la zona asturiana sólo queda un municipio adscrito al parque
libre de la enfermedad, Peñamellera Baja, mientras que en la
cántabra no se han registrado casos de sarna en Tresviso
ni
Cillorigo de Liébana, lo que significa que sólo la zona
más oriental del parque nacional permanece libre de sarna.
Entre los meses de febrero y abril del año pasado, los empleados
del parque nacional localizaron en el interior del espacio protegido
cinco rebecos afectados por la sarna sarcóptica, dos de los
cuales estaban muertos. Los ejemplares identificados, según los
informes internos del parque, eran dos machos adultos y uno joven, una
hembra adulta y un individuo indeterminado.
En una segunda
actuación, entre los meses de mayo y septiembre del año
pasado, la guardería del parque nacional localizó otros
cuatro rebecos afectados por la sarna, dos de los cuales estaban
muertos. Esta vez, los ejemplares identificados fueron una hembra
adulta, un macho y una hembra jóvenes y un individuo
indeterminado adulto.
En el año 2010 se localizaron 15 ejemplares afectados por esta enfermedad, 14 de ellos muertos, en los concejos de Amieva, Cabrales, Onís, Cangas de Onís, Sajambre, Valdeón y Camaleño.
La guardería
había localizado asimismo ese año en Posada de
Valdeón una hembra de corzo con lesiones compatibles con esta
enfermedad, que también puede afectar al ganado doméstico.
Durante el año 2011, se censaron 4.073 rebecos.
Son unos
1.000 ejemplares menos que los censados diez años atrás,
aunque entonces se incluía también el macizo occidental (la montaña de Covadonga),
que es, precisamente, el sector con mayor densidad de población
de esta especie, debido, principalmente, a la nula incidencia de la
caza, prohibida hace decenios.
La única posibilidad de poner fin a esta actividad antes
de ese año sería que las autoridades de los dos
municipios leoneses del parque, Posada de Valdeón y Oseja de
Sajambre, alcanzaran un acuerdo compensatorio con el organismo
autónomo Parques Nacionales.
Un acuerdo de este tipo parece
improbable, sobre todo porque Parques Nacionales ya ha cedido el poder
en el parque a las comunidades autónomas.
Así, el
próximo 18 de marzo, en el salón de actos del
Ayuntamiento de Riaño, tal como avanzó este
periódico, se subastarán las piezas de caza -entre ellas
varios rebecos- correspondientes al cupo de propietarios de varios
ayuntamientos, entre ellos los de Oseja de Sajambre y Posada de
Valdeón, incluidos en la reserva regional de caza de
Riaño. A esta subasta suelen acudir cazadores del oriente de
Asturias. (7 febrero 2012).
Una veintena de científicos cerraban una investigación sobre la última especie asturiana que ha sobrevivido a una pandemia: el rebeco cantábrico.
El trabajo recoge el primer
censo de rebecos que abarca toda la
cordillera Cantábrica. Son en total unos
17.700 ejemplares, y alrededor de 12.000 de
ellos están dentro de Asturias. «Es un
máximo histórico».
A la cifra se ha llegado
porque durante los años duros, entre 1997 y
2001, «los débiles fueron cayendo al mismo
ritmo al que los fuertes se reproducían».
«La sarna que estuvo a punto de acabar con
los rebecos sigue presente hoy en los montes
asturianos, no se ha ido, pero la diferencia
es que a su devastación sólo sobrevivieron
los ejemplares más fuertes, los que fueron
capaces de desarrollar una resistencia que
luego han ido trasladando a sus hijos».
«Hay
poblaciones que ahora están creciendo a
ritmos de un 8% cada año»,.
La sarna ha
perdido su fatal protagonismo y se ha
convertido una amenaza más, como el lobo, el
cazador, o el resto de enfermedades.
Ese
cóctel de morbilidad acaba llevándose por
delante todos los años a dos de cada diez
rebecos. Antes que en Aller, la sarna
apareció en el siglo XIX en los rebecos de
los Alpes.
Allí liquidó al 70% de los
ejemplares en los primeros años, hasta que
los animales desarrollaron defensas y
aprendieron a convivir con el ácaro.
Pero la
enfermedad también toma nota, evoluciona, se
hace fuerte. Cada quince o veinte años, los
rebecos de Europa central sufren una especie
de holocausto cíclico. (2 mayo 2009)
4.- NOTICIAS
La imparable recuperación de los rebecos en los Picos de
Europa,
con unos 5.500 ejemplares
La especie vio recortada su población de manera drástica con la epidemia
de sarna de los años noventa
El parque nacional de los Picos de Europa se
mantiene como el mejor lugar de Asturias para observar la clásica silueta del
rebeco. La especie, que vio recortada su población de manera
drástica con la epidemia de sarna de los años noventa –donde murieron casi la
mitad de los ejemplares–, se recupera de forma imparable. En 2021 se cuentan unos 5.500 ejemplares.
Los niveles de población están muy lejos
de los de antes de la epidemia, pero esto también contiene la incidencia. “A
mayor densidad de población, mayor mortandad, por eso es difícil que Asturias
registre grandes brotes”, dice el biólogo Borja Palacios. “La sarna viene fuerte de vez en
cuando, pero por suerte últimamente no hay nada raro ni anormal, más allá de
casos aislados”.
Para quién conoce al animal, la
enfermedad es fácil de detectar. “Les hace túneles en la epidermis, lo que
acaba derivando en alopecia y grietas ”, señala la veterinaria Gloria González.
Los síntomas mortales son daños en boca y ojos, unas heridas que les impiden
comer y, por tanto, acaban dejando debilitado al animal.
La importancia de
la especie –a la que en 1993 le hubiese venido bien el tratamiento del
asturiano Alejo Sopeña– es crucial, ya sea como presa de otras especies o como
atractivo natural. “Es importante seguir sumando
ejemplares, ya que con la desaparición del ganado de oveja y cabra es necesario
un grupo numeroso de rebecos para mantener el equilibrio del ecosistema”, concluye Borja Palacios (lne 19 de agosto 2021)
El rebeco ya comienza a ser uno más en la sierra del Aramo
De donde había desaparecido hasta que, en 2008, se inició un
proyecto para su recuperación.
Existía constancia de que en siglo XIX la
especie habitaba la zona, pero en los últimos años sólo se habían visto
incursiones de ejemplares aislados. Ahora ya puede hablarse de una población
que va en crecimiento y que comienza a tomar los montes.
«Se extienden en
grupos más pequeños y ocupan más zona», asegura el presidente de la Asociación
de Cazadores de Morcín, Valentín Morán
El colectivo estuvo esta semana realizando un censo de
la población de rebecos, una operación que efectúa cada año desde que se puso
en marcha el plan de recuperación. Avistaron más de 90 ejemplares, pendientes
de la observación de la zona de Caranga, donde estiman que puede haber una
treintena de animales. La población total del Aramo, no obstante, es mayor,
pero cada vez más difícil de controlar precisamente por su dispersión.
El año pasado, por estas mismas fechas, lograron
localizar 140 rebecos y 41 crías, una cifra nada desdeñable y que indica el
futuro de estos rumiantes en la sierra. «Las crías sobreviven perfectamente,
salvo alguna que puede eliminar el lobo, como ocurre también con los animales
viejos», aseguran los cazadores, que han podido comprobar cómo el número de
hembras con crías ha ido en aumento y cómo los machos jóvenes van formando
grupos de menor tamaño y buscando su propio espacio en terreno ideal para
ellos, con escarpadas pendientes y abundantes hayedos o avellanos que les
sirven de cobijo.
La Asociación de Cazadores de Morcín se confiesa «muy
satisfecha» de la marcha de este ambicioso proyecto que comenzó a gestarse en
2004, y que ha contado con la participación del Principado, los ayuntamientos
de Morcín, Riosa, Lena, Proaza, Somiedo y Quirós, además de las asociaciones de
cazadores de la zona, el Serida y varias empresas privadas, y la financiación
del Plan Leader, Repsol y Gas Natural.
Desde 2007 hasta 2012 se liberaron en distintos puntos
del Aramo 75 ejemplares. Estos rebecos se habían capturado previamente en la
reserva regional de caza de Somiedo, donde estos animales son bastante
abundantes y se estima una población superior a los 2.500. Los rebecos se
soltaron en tres zonas próximas, pero separadas entre sí: la Peña de Caranga y
las vertientes este y oeste del Aramo, y se comprobó cómo algunos se unieron
entre sí. Nueve de ellos acabaron por abandonar el entorno, pero la mayoría se
sentaron haciendo de él su nuevo hogar.
La caza
La intención es poder abrir la caza del rebeco en el
futuro, cuando la población ya sea de un mayor volumen. De momento, los
cazadores de Morcín son prudentes y sólo permiten cada año abatir unos pocos
ejemplares. El año pasado se permitió la caza de un macho y una hembra,
mientras que este se han autorizado dos machos y una hembra. «Por número se
podrían cazar más, pero son aún muy jóvenes. Nuestra intención es que la
especie prolifere», expone Morán.
No hay que olvidar que uno de los propósitos del
programa de recuperación era atraer al turismo cinegético. No obstante, el alto
control que durante todo este tiempo se ha hecho de la zona por parte de las
asociaciones de cazadores ha provocado una disminución del furtivismo y ayudado
a la expansión de la especie.
Pero la reintroducción del rebeco en el Aramo no sólo
es beneficiosa para los amantes de la caza, sino que ayuda a equilibrar un
ecosistema intervenido por el hombre. Se trata de una especie que puede ser
presa de otras como el águila real, el lobo o el oso, y proporcionar carroña a
colonias de buitre común o alimoche.(Ruth Arias elcomercio.es 17 agosto 2014)
La caza de rebecos en el Aramo se
iniciará en 2013
tras el éxito de la
reintroducción.
La
Sierra de
El Aramo vuelve a ser territorio de rebecos y los ayuntamientos de la
zona quieren sacarle rentabilidad. El programa de reintroducción
de la especie ha sido «un éxito» según sus
promotores y actualmente 140 ejemplares ya habitan las sierras del
Aramo, Caranga, Tere, Maravio y Sobia tras reproducirse los 75 animales
trasladados desde el parque de Somiedo.
Para el próximo año se espera alcanzar los 166 ejemplares de rebeco en el Aramo
y autorizar las tres primeras cacerías. El plan contempla que en
el horizonte de 2020 ya habiten en la sierra que comparten
Morcín, Riosa, Quirós, Proaza y Lena un total de 595
ejemplares y que se puedan realizar un total de 48 cacerías. (15 noviembre 2012)
5.- Bibliografía.
Borja Palacios «El rebeco en el parque nacional de los Picos de Europa».El Comercio (2014). Ruth Arias . El rebeco ya comienza a ser uno más en la sierra del Aramo (elcomercio.es 17 agosto 2014).
Feria Internacionel de Muestras de Asturias (FIDMA) de Gijón. Pabellón del Gobierno del Principado. Comisario y discurso expositivo Javier Rodríguez Muñoz (2018). Exposición "El Reino que nació en Asturias
La Nueva España. Víctor Delgado (2021). La imparable recuperación de los rebecos en los Picos de Europa, con unos 5.500 ejemplares (lne 19 de agosto 2021)
La Nueva España, Ramón Díaz (2018). La sarna del rebeco detiene su avance en los Picos de Europa por primera vez, desde el año 2000 (lne miércoles, 28 marzo 2018).
La Nueva España (2012). La caza de rebecos en el Aramo se iniciará en 2013 tras el éxito de la reintroducción (lne.es 15 noviembre 2012)
La Nueva España (2012). La sarna del rebeco afecta ya al 62 por ciento de la superficie del parque nacional (lne.es 7 febrero 2012).
Camino a Santiago por Asturias
Rutas descritas en los Picos de Europa
La sidra, rito, elaboración, clases, etc.
Los quesos asturianos, certámenes, fiestas, etc..
Travesía Gijón - Covadonga / Xixón - Cuadonga
DATOS DE INTERÉS. REFUGIOS DE MONTAÑA.
Humor asturiano, "En defensa del peu", por D. Xosé Caveda